
12 Abr ¿Por qué usamos vidrio en las ventanas?
A pesar de que el origen del vidrio todavía no se ha podido datar con exactitud, se conoce que su utilización en ventanas comenzó a ser común por los romanos a partir del siglo XVII, y se cree que se originó en la Alejandría del año 100 d.C., el Egipto romano.
Hasta ese entonces, desde el siglo XIV, las ventanas de la gente que -ahora- equivaldría a la clase media-alta, eran fabricadas a partir de los cuernos de los animales, reblandecidos en agua, aplastados y embalsamados, los cuales permitían la entrada de luz parcialmente. La clase más pobre, en cambio, cubría sus pequeñas ventanas con trapos o pergaminos aceitosos, aislando de esta manera el calor interior de la vivienda de la temperatura exterior, y permitiendo a su vez que entrase algo de luz.
A partir del siglo XVII, las vidrieras evolucionaron -como muchas otras disciplinas- gracias al cristianismo y a la construcción de catedrales europeas, siendo la mayoría de ellas fabricadas con vidrio proveniente de Francia.
Es por esto que los franceses dominan prontamente su propio proceso para la elaboración del material, ya que se cree que comienzan a manipularlo mucho antes del siglo XVII, aunque manteniendo la tecnología en secreto para así aumentar el precio de sus obras. Creaban piezas finas, claras y grandes, de hasta dos metros de diámetro, puesto que inflaban el cristal para formar cilindros que después aplastaban.
En cambio, en Inglaterra no fue hasta el siglo XVII que se popularizaron las ventanas de vidrio en los hogares ordinarios. Aun así, después de la colonización de la India comenzó a utilizarse la mica en lugar del cristal; se encontraba en grandes láminas, era más fácil de instalar en las ventanas, térmicamente aislaba mejor, y su transporte en barco era mucho menos arriesgado debido a la mayor resistencia del material. Posteriormente, los ingleses descubrieron que con el óxido de plomo podían generar vidrio más grueso, pesado y resistente.
En Alemania también desarrollaron su propia forma de producir cristal, aunque era muy caro y por ello considerado un lujo, únicamente permitido para las más altas clases. Por otra parte, en Oriente las ventanas solían ser de papel, economizando el proceso. Eran muy empleadas en Corea, Japón y la antigua China.
Ya en el siglo XVIII, el vidrio se extendió aún más, aunque su fabricación todavía requería del largo proceso del molido y el pulido. Gracias a la implementación de las máquinas a vapor, se simplificó la tarea, aunque no sería hasta el siglo XIX que conseguirían vidrios y cristales de buena calidad y grandes dimensiones.
Para el siglo XIX la mayoría de ventanas ya utilizaban vidrio plano, y las fábricas de todo el mundo se desplazaron hasta Estados Unidos. Entonces, la producción del material ya había cambiado por completo y el vidrio en hoja plana se empezó a manipular mediante rodillos y mesas de acero.
Y así es como llegamos hasta el día de hoy, donde -por suerte- la mayoría de ventanas de la mayoría de hogares de la mayoría de clases sociales son fabricadas en vidrio. ¡Vaya lujo! ¿No es así?